Pasamos de dos jornadas con baja temperatura en Villa María a una Córdoba que nos recibió con calor. Allí compartimos el curso con profes de la ciudad y de otras localidades vecinas en la Mutual del Personal del Consejo de Educación.
Dimos comienzo a la jornada con la degustación de bombones y luego disfrutamos de atractivas propuestas publicitarias de bancos locales, algunas con jingles y rap incluidos. ¡Cuánta creatividad cordobesa! Sin dudas, la genética los premió con un sentido del humor envidiable. De esa manera trabajamos sobre marginalidad decreciente y también respecto de las comparaciones que como usuarios de un crédito hipotecario debemos establecer a la hora de evaluar las propuestas de los bancos.
Dimos comienzo a la jornada con la degustación de bombones y luego disfrutamos de atractivas propuestas publicitarias de bancos locales, algunas con jingles y rap incluidos. ¡Cuánta creatividad cordobesa! Sin dudas, la genética los premió con un sentido del humor envidiable. De esa manera trabajamos sobre marginalidad decreciente y también respecto de las comparaciones que como usuarios de un crédito hipotecario debemos establecer a la hora de evaluar las propuestas de los bancos.
El Bancándonos se jugó con intensidad, y los grupos de participantes buscaron la mejor organización posible de sus economías personales. ¡Y lo lograron con mucho éxito!
Mientras la jornada se iba terminando, y ya comenzábamos a extrañar la hospitalidad cordobesa, repartimos las bolsitas felices, con material que los profes agradecieron y que esperamos sea de utilidad para trabajar con los estudiantes. Hicimos la clásica foto grupal, y así terminamos con esta visita a la provincia. Gracias profes por su participación activa y su compromiso. Agradecemos también a Rubén Rimondino, siempre al pie del cañón para que las cosas salgan como las planeamos, incluyendo las recomendaciones gastronómicas, cuestión en la que también es especialista. ¡No sólo de la economía vive el hombre! Hasta la próxima…
Leo Di Dio